Buscar este blog

domingo, 24 de noviembre de 2013

Familias Fuertes, Naciones Fuertes

Tardé varios días antes de sentarme a escribir este artículo, ¿Qué enfoque debiera usar?, eso me estuvo dando vueltas antes de decidirme frente a mi computadora. Decidí basarme en tratar de responder la siguiente pregunta: ¿Hay alguna relación entre la fortaleza y la preservación de las familias con el desarrollo de una nación? Y una segunda pregunta, ¿esto se mide?, ¿se estudia?, ¿hay algún lugar donde encontrar documentación seria sobre este tema?

Para mi sorpresa, sí, existe una relación y el tema aunque es controversial se ha estudiado, Esto es lo que descubrí:

El índice más apropiado y más aceptado por los economistas y sociólogos es el famoso IDHD (Índice de desarrollo ajustado por desigualdad), que está basado en el clásico IDH (muy comentado en Bolivia en los últimos 20 años) pero contempla un ajuste por la desigualdad interna de los países, es decir, este índice es definitivamente es el que mejor mide el nivel de desarrollo de un país.

Aquí se puede estudiar mejor cómo se compone ese índice:

http://hdr.undp.org/en/statistics/ihdi

Aquí se puede leer el reporte completo en español:

http://hdr.undp.org/es/content/informe-sobre-desarrollo-humano-2013

Bolivia está en el puesto 108 de 132 países listados según el PNUD.

Ahora analicemos la fortaleza de las familias en estos países, para propósitos de este artículo, voy a definir a una familia fuerte según lo define la cosmovisión judío-cristiana, estas son algunas características:


  • El matrimonio se compone de un padre y una madre, varón y mujer, solo la monogamia es permitida. Matrimonio es una institución sagrada, el divorcio es una excepción muy rara, solo en casos extremos.
  • La familia es una unidad patrimonial (económicamente hablando), todos los miembros de la familia son los directos beneficiarios de un patrimonio familiar y este se hereda de generación en generación.
  • Los hijos son cuidados y educados por sus padres, siendo éstos sus autoridades máximas hasta que cumplen una edad suficiente (13 años en adelante) para empezar a tomar sus decisiones y se considera que los hijos son una bendición y la familia vela por el futuro de una descendencia bendecida (se pretende influir positivamente generaciones completas, es decir a los hijos de los hijos)
  • En la familia se educa los principales valores judío-cristianos: la verdad, la obediencia, el respeto a los ancianos, el esfuerzo, el trabajo, la compasión, la misericordia y el amor al prójimo. Es tarea de las familias educar a los hijos como buenos ciudadanos ( y no el estado) e inculcarles valores morales. El rol de los padres se podría resumir en proveer recursos, educar, proteger, amar, transmitir un legado, y liderar los hijos hasta su juventud, logrando personas responsables, interdependientes y morales.


Ahora bien, revisando la historia, podemos constatar que no todas las naciones del mundo han sido forjadas en sus inicios bajo estos principios judío-cristianos (al menos hay otras tres cosmovisiones importantes en el mundo) y de las naciones que si lo han hecho (comúnmente las llamamos naciones occidentales) hay naciones que han sido más “puras” en su aplicación de los principios. Si vemos con atención de la lista de los primeros países nos daremos cuenta que 17 de 21 países son países con una tradición muy fuerte judío-cristiana. Es más, es precisamente en esos países donde la reforma de la iglesia iniciada por Lutero tuvo más cabida, (nótese la cruz en las banderas de casi todos esos países). Esto me hace recuerdo que el 31 de Octubre del 2017 se cumplen 500 años de la reforma. ¿Que podemos reflexionar?

Los países que nacieron con una cultura judío-cristiana predominante hoy aún son los más desarrollados pero aquí cabe una pregunta?, aún es así?, en los últimos 20 años estos países están cambiando tanto y alejándose de los principios que hemos expuesto aquí que yo creo que puedan seguir liderando el desarrollo por mucho tiempo.

Que debiéramos hacer en Bolivia?, eso lo dejo a usted lector, es una decisión individual pero mi experiencia ha sido que mientras más aplico los principios judío-cristianos a mi vida mejor me ha ido y cuando no los apliqué es cuando peor me fue.

lunes, 26 de agosto de 2013

La inutilidad de las riquezas

Eclesiastés 5:8-20 y 6:1-9

No te sorprendas si ves que un poderoso oprime a un pobre o que no se hace justicia en toda la tierra. Pues todo funcionario está bajo las órdenes de otro superior a él, y la justicia se pierde entre trámites y burocracia. ¡Hasta el rey saca todo lo que puede de la tierra para su propio beneficio! Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es pensar que las riquezas traen verdadera felicidad!

Cuanto más tengas, más se te acercará la gente para ayudarte a gastarlo. Por lo tanto, ¿de qué sirven las riquezas? ¡Quizás solo para ver cómo se escapan de las manos! La gente trabajadora siempre duerme bien, coma mucho o coma poco; pero los ricos rara vez tienen una buena noche de descanso.

He notado otro gran problema bajo el sol: acaparar riquezas perjudica al que ahorra. Se invierte dinero en negocios arriesgados que fracasan, y entonces todo se pierde. A fin de cuentas, no queda nada para dejarles a los hijos. Todos llegamos al final de nuestra vida tal como estábamos el día que nacimos: desnudos y con las manos vacías. No podemos llevarnos las riquezas al morir.

Esto es otro problema muy serio: las personas no se van de este mundo mejor de lo que llegaron. Todo su esfuerzo es en vano, como si trabajaran para el viento. Viven toda su vida bajo una carga pesada: con enojo, frustración y desánimo.Aun así, he notado al menos una cosa positiva. Es bueno que la gente coma, beba y disfrute del trabajo que hace bajo el sol durante el corto tiempo de vida que Dios le concedió, y que acepte su destino.

También es algo bueno recibir riquezas de parte de Dios y la buena salud para disfrutarlas. Disfrutar del trabajo y aceptar lo que depara la vida son verdaderos regalos de Dios. A esas personas Dios las mantiene tan ocupadas en disfrutar de la vida que no pasan tiempo rumiando el pasado.

He visto otro mal terrible bajo el sol que pesa tremendamente sobre la humanidad. Dios les da a algunos mucha riqueza, honor y todo lo que pudieran desear, pero luego no les da la oportunidad de disfrutar de esas cosas. Se mueren, y algún otro —incluso un extraño— termina disfrutando de toda esa abundancia.

Eso no tiene sentido, es una tragedia terrible. Un hombre podría tener cien hijos y llegar a vivir muchos años. Pero si no encuentra satisfacción en la vida y ni siquiera recibe un entierro digno, sería mejor para él haber nacido muerto. Entonces su nacimiento habría sido insignificante, y él habría terminado en la oscuridad. Ni siquiera habría tenido un nombre ni habría visto la luz del sol o sabido que existía. Sin embargo, habría gozado de más paz que si hubiera crecido para convertirse en un hombre infeliz. Podría vivir mil años o el doble, y ni aun así encontrar satisfacción; y si al final de cuentas tiene que morir como todos, ¿de qué le sirve?

Toda la gente se pasa la vida trabajando para tener qué comer, pero parece que nunca le alcanza. Entonces, ¿de verdad están los sabios en mejores condiciones que los necios? ¿Ganan algo los pobres con ser sabios y saber comportarse frente a otros?

Disfruta de lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene sentido, es como perseguir el viento.


martes, 29 de enero de 2013

Las bendiciones/maldiciones de la obediencia/desobediencia


Deuteronomio 28

Bendiciones:

»Si obedeces al SEÑOR tu Dios en todo y cumples cuidadosamente sus mandatos que te entrego hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá por encima de todas las demás naciones del mundo.
Si obedeces al SEÑOR tu Dios, recibirás las siguientes bendiciones:
Tus ciudades y tus campos serán benditos.
Tus hijos y tus cosechas serán benditos. Las crías de tus rebaños y manadas serán benditas.
Tus canastas de fruta y tus paneras serán benditas.
Vayas donde vayas y en todo lo que hagas, serás bendito.
»El SEÑOR vencerá a tus enemigos cuando te ataquen. ¡Saldrán a atacarte de una sola dirección, pero se dispersarán por siete!
»El SEÑOR te asegurará bendición en todo lo que hagas y llenará tus depósitos con granos. El SEÑOR tu Dios te bendecirá en la tierra que te da.
»Si obedeces los mandatos del SEÑOR tu Dios y andas en sus caminos, el SEÑOR te confirmará como su pueblo santo, tal como juró que haría.
Entonces todas las naciones del mundo verán que eres el pueblo elegido por el SEÑOR y quedarán asombradas ante ti.
»El SEÑOR te dará prosperidad en la tierra que les juró a tus antepasados que te daría, te bendecirá con muchos hijos, gran cantidad de animales y cosechas abundantes.
El SEÑOR enviará lluvias en el tiempo oportuno desde su inagotable tesoro en los cielos y bendecirá todo tu trabajo. Tú prestarás a muchas naciones pero jamás tendrás necesidad de pedirles prestado.
Si escuchas los mandatos del SEÑOR tu Dios que te entrego hoy y los obedeces cuidadosamente, el SEÑOR te pondrá a la cabeza y no en la cola, y siempre estarás en la cima, nunca por debajo.

No te apartes de ninguno de los mandatos que te entrego hoy, ni sigas a otros dioses ni les rindas culto.

Maldiciones:

»Pero si te niegas a escuchar al SEÑOR tu Dios y no obedeces los mandatos y los decretos que te entrego hoy, caerán sobre ti las siguientes maldiciones y te abrumarán:
Tus ciudades y tus campos serán malditos.
Tus canastas y tus paneras serán malditas.
Tus hijos y tus cosechas serán malditos. Las crías de tus rebaños y manadas serán malditas.
Vayas donde vayas y en todo lo que hagas serás maldito.
»El propio SEÑOR te enviará maldiciones, desorden y frustración en todo lo que hagas, hasta que por fin quedes totalmente destruido por hacer lo malo y por abandonarme.
El SEÑOR te afligirá con enfermedades hasta acabar contigo en la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer.
El SEÑOR te castigará con enfermedades degenerativas, con fiebre e inflamaciones, con calor abrasador, con sequías y pestes en los cultivos. Esas calamidades te perseguirán hasta la muerte.
Arriba, los cielos se pondrán rígidos como el bronce, y abajo, la tierra se volverá dura como el hierro.
El SEÑOR convertirá en polvo la lluvia que riega tu tierra, y el polvo caerá del cielo hasta que quedes destruido.
»El SEÑOR hará que tus enemigos te derroten. ¡Tú saldrás a atacarlos de una sola dirección pero te dispersarás por siete! Serás un objeto de horror para todos los reinos de la tierra.
Tus cadáveres serán alimento para las aves carroñeras y los animales salvajes, y no habrá nadie allí para espantarlos.
»El SEÑOR te afligirá con llagas purulentas como las de Egipto, y con tumores, con escorbuto y picazón incurables.
El SEÑOR te castigará con locura, ceguera y pánico.
Andarás a tientas a plena luz del día como un ciego que palpa en la oscuridad pero no encontrarás la senda. Te oprimirán y te asaltarán constantemente, y nadie vendrá en tu ayuda.
»Estarás comprometido para casarte, pero otro se acostará con tu prometida. Construirás una casa, pero otro vivirá en ella. Plantarás un viñedo pero nunca aprovecharás sus frutos.
Verás descuartizar a tu buey delante de tus ojos pero no comerás ni un solo bocado de la carne. Te quitarán el burro y nunca más te lo devolverán. Entregarán tus ovejas y cabras al enemigo, y nadie saldrá a ayudarte.
Presenciarás el momento que se lleven a tus hijos e hijas como esclavos. Se te partirá el corazón por ellos, pero no podrás hacer nada para ayudarlos.
Una nación extranjera y totalmente desconocida se comerá las cosechas por las que tanto trabajaste. Sufrirás una opresión constante y un trato cruel.
Te volverás loco al ver todas las calamidades que te rodean.
El SEÑOR te cubrirá las rodillas y las piernas con llagas incurables. De hecho, te llenarás de llagas desde la cabeza hasta los pies.
»El SEÑOR te desterrará junto con tu rey, te hará vivir en una nación que ni tú ni tus antepasados conocían. Allí, en el destierro, ¡rendirás culto a dioses de madera y de piedra!
Serás un objeto de horror, de ridículo y de burla frente a todas las naciones donde el SEÑOR te envíe.
»Plantarás mucho pero cosecharás poco, porque las langostas se comerán tus cultivos.
Plantarás viñedos y los cuidarás, pero no beberás el vino ni comerás las uvas, porque los gusanos destruirán las vides.
Cultivarás olivos en todo tu territorio pero nunca podrás usar el aceite de la oliva, porque el fruto caerá antes de que madure.
Tendrás hijos e hijas pero los perderás, porque los tomarán prisioneros y los llevarán al cautiverio.
Enjambres de insectos destruirán tus árboles y tus cultivos.
»Los extranjeros que vivan en medio ti se harán cada vez más poderosos, mientras que tú con el tiempo te irás debilitando.
Ellos te prestarán dinero, pero tú no tendrás para prestarles a ellos. ¡Ellos serán la cabeza y tú serás la cola!
»Si te niegas a escuchar al SEÑOR tu Dios y a obedecer los mandatos y los decretos que él te ha dado, todas esas maldiciones te perseguirán y te alcanzarán hasta que quedes destruido.
Esos horrores serán una señal de advertencia permanente para ti y tus descendientes.

Si no sirves al SEÑOR tu Dios con alegría y entusiasmo por la gran cantidad de beneficios que has recibido, servirás a los enemigos que el SEÑOR enviará contra ti. Pasarás hambre y sed, andarás desnudo y carente de todo. El SEÑOR te pondrá sobre el cuello un yugo de hierro que te oprimirá severamente hasta destruirte………..